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Este pueblo, el más occidental del municipio, fue fundado en 935. El arroyo de Villar y la Peña del Gato dividen por el este su jurisdicción con la de Sorbeda. Presenta un magnífico paisaje natural, de elevada altitud (900 metros de altura), además de numerosos pastizales y algún que otro soto de castaños.

Contar con una población tan diseminada, ayuda a la formación de numerosos barrios. Quizás se deba a la distribución de las cáñamas por el monasterio de san Andrés a sus primeros pobladores en época medieval. La mayor parte de su caserío ha sido renovado, y se conservan algunos buenos ejemplos de arquitectura popular. A finales del XIX la mayoría de las viviendas eran de planta baja, pero eso cambió con el tiempo.

Como en el vecino pueblo de Sorbeda, la riqueza tradicional fue el ganado, y la mayoría de la población estaría formada por pequeños labradores, que obtienen sus recursos para vivir de la ganadería y de la agricultura.

Con el boom minero del municipio, Argayo conoce el mayor número de habitantes de su historia en 1960 con 332 habitantes. La crisis del sector, sin embargo, afectará notablemente a Argayo que en un par de décadas llega a perder la mitad de su población.

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Fuente: Páramo del Sil. Historia, Arte y Sociedad de un Municipio.